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«Donde pones tu Mente ahí estará tu Corazón»

Hoy les quiero compartir una pequeña anécdota que me sucedió hace algunos años ( bastantes, la verdad ):
Me encontraba jugando en la calle con mi hermano el pequeño y algunos amigos cuando la vecina de al lado se nos acercó para pedirnos un favor. Ella nos contó que se encontraba un poco molesta porque había unos gaticos en su tejado, y durante las noches maullaban e interrumpían su sueño. Nos pidió el favor de que le ayudáramos a ahuyentarlos. Procedimos a sacar una escalera y a subir al tejado para espantarlos pero una vez arriba notamos que alguien había puesto agua y comida a los gatitos. Mi hermano le dijo a la vecina que los gatos permanecían allí porque tenían alimento y bebida, y estaban acostumbrados. Entonces la vecina respondió:- Ah sí, es que me dio mucho pena y por eso les puse comida. Recuerdo que aquel día reímos hasta no parar, y aún recuerdo aquella escena no pudiendo contener mi sonrisa, sin embargo, ésta épica anécdota me dejó una de las lecciones más valiosas que he aprendido en mi vida:


«Donde pones tu Mente, ahí estará tu Corazón».


Para muchos puede resultar graciosa la anécdota, pero no nos damos cuenta de las múltiples ocasiones en que hemos actuado de la misma manera que la protagonista de la historia. Muchas veces tenemos en nuestra cabeza recuerdos, ideas y pensamientos que nos gustaría ahuyentar, pero al mismo tiempo nos encargamos de alimentar esos recuerdos, esas ideas y esos pensamientos, y luego torpemente nos preguntamos por qué continúan allí. Mientras sigas alimentando cosas negativas en tu cabeza y en tu corazón, ellas van a seguir allí sin importar cuánto desees que se vayan. Debes ser muy cuidadoso con las ideas que estás alimentando en tu cabeza porque tus ideas se convierten en acciones, tus acciones en hábitos y tus hábitos se convierten en tú destino.


«Donde pones tu Mente, ahí estará tu Corazón».


No olvides que las cosas que tienes en la cabeza son la guía de tu corazón. Pon en tu mente cosas buenas, cosas positivas y espanta de una vez por todas las cosas negativas, deja de alimentarlas para que se marchen, para que huyan!

Deja de alimentar tus miedos, tus rencores, aquellos recuerdos que te hacen daño, y por el contrario alimenta tus metas, tus pasiones, tus proyectos, tus ideales y verás que tu mente y tu corazón estarán en armonía.

Feliz día gente.

Texto: JLA /Alicante/20 
Ilustración: Valen20

Tres ciegos y un elefante

Hay que tener pensamiento crítico.

Mirad, hace años cuando me preparaba para mí titulación de docente de la formación profesional para el empleo,  nuestra docente, preocupada por hacernos ver la importancia de gestionar bien el grupo de estudiantes (nuestro alumnado va de los dieciséis a los sesenta y cuatro años) que podríamos encontrarnos en los próximos cursos que impartiríamos, nos contó una fábula india que tiene mucho que ver con esto, Los Tres Ciegos y Un Elefante.


Os la cuento:
La historia comienza con la llegada de un viajero a lomos de su elefante a un pueblo de la India.
Al entrar en la ciudad se topa con un grupo de 3 ancianos ciegos que charlan junto al río.
Kiran (que así se llamaba el viajero) les pide permiso para acercarse y que su elefante beba agua después de tan largo viaje.
Los 3 hombres, sorprendidos, le dan la bienvenida y le cuentan que por el pueblo nunca antes había pasado un animal como ese.
No podían verlo a causa de su ceguera, pero tenían curiosidad por saber qué forma tenía, así que se dispusieron a tocarlo para visualizarlo en sus mentes.

– El primero lo tocó y dijo que tenía la piel muy dura y rugosa. Y que debía ser muy pesado porque no podía levantarlo del suelo.
-El segundo afirmó que tenía forma de serpiente y que el tacto era muy blandito e incluso húmedo.
-El tercero explicó que tenía forma de abanico, muy fino, suave y muy ligero.

No entendían nada.
Así que terminan discutiendo sobre quién tenía la razón sin conseguir llegar a un acuerdo.
Kiran, por su parte, ante el revuelo creado decidió irse del río y continuar su camino.

La moraleja de esta historia es que todo depende del punto de vista o el prisma con el que se mire.
Y que, para conocer la verdad completa, hay que tener «pensamiento crítico», abrir la mente, ir más allá y ver todas sus caras, escuchando y valorando los diferentes puntos de vista.

Y es que, queridos lectores,   todo en la vida está sujeto a diferentes lecturas y verás una cosa u otra según si eres el sabio que tocó la trompa, las orejas o las patas.
Y las redes sociales no se escapan de esto.
El mundo digital tiene oportunidades infinitas y muy positivas pero no todo en las redes se crea desde una ambición constructiva o desde la ética, el respeto y la responsabilidad intelectual. 


Y de esto habla el famoso documental de Netflix «The Social Dilemma»  https://youtu.be/IgiQ03qwr_s  que os recomiendo.


Hay que tener pensamiento crítico, amigos, es una de mis máximas.
Y a día de hoy lo uso como guía para hacer todo lo que hago. Adoptando el pensamiento crítico en todas y cada una de mis acciones y aún así cometo miles de errores. Pero sabéis qué? Sé que mañana, la vida me dará la oportunidad de enmendarlos y ser mejor persona.

Gracias por acompañarnos en ésta aventura con tu lectura y posterior crítica en el apartado COMENTARIO que verás un poquito más abajo para que tú puedas ejercer

El Pensamiento Crítico.

Texto: JLA /Alicante/20 
Ilustración: Valen20

STATU QUO

Para todos aquellos profesionales que día a día se enfrentan con la desconsideración de quienes por su propia ignorancia no alcanzan a entenderlos:


Un ingeniero que fue llamado por una multinacional para arreglar una computadora muy grande y extremadamente compleja, aceptó el encargo de solucionar los problemas que tenía para volverla a ser operativa.

Sentado frente a la pantalla, oprimió unas cuantas teclas, asintió con la cabeza, murmuró algo para sí mismo y apagó el aparato.

Procedió a sacar un pequeño destornillador de su bolsillo y dio vuelta y media a un minúsculo tornillo. Entonces encendió de nuevo la computadora y comprobó que estaba trabajando perfectamente.

El presidente de la compañía se mostró encantado y se ofreció a pagar la cuenta en el acto.

– ¿Cuánto le debo? preguntó.

Son 1.000 euros, si me hace el favor.

– 1.000€? ¿1.000€? por unos minutos de trabajo?

¿Mil euros por apretar un simple tornillo?

¡Ya sé que mi ordenador es especial y carísimo, pero mil euros es una cantidad disparatada!

Le pagaré sólo si me manda una factura perfectamente detallada que la justifique.

El ingeniero asintió con la cabeza y se fue.

A la mañana siguiente, el presidente recibió la factura, la leyó con cuidado, sacudió la cabeza y procedió a pagarla en el acto, sin chistar.

La factura decía:

Servicios prestados:

  • Apretar un tornillo….1€
  • Saber qué tornillo apretar…. 999€

Reflexión:
«SE GANA POR LO QUE SE SE SABE HACER BIEN».

Y si no, haberte tomado la molestia de levantarte todas las mañanas a las 06.30 A.M. para asistir a clase e intentar aprender y saber, y así, después de estar seis horas soportando nuevas ideas y conocimientos que certifican sentirte capacitado  para realizar una actividad verte sumido en la puta realidad de tener que trabajar desde  las 17.00 hasta la o1h. de la madrugada para que cuando llegues a tu casa en vez de meterte en la cama, comerte como aperitivo previo a tus sueños un tostón de libro que te ofrece esos conocimientos que «la universidad de la vida» (como dicen muchos en sus perfiles sociales) no te da. Para de esta forma, después de cinco años, permitirte el lujo de aclararles a  esos «universitarios ocasionales»  porqué le cobras lo que le cobras.


Y es que queridos amigos, a veces nos encontramos en nuestro ámbito laboral con personas que se creen que al igual que los coches, venimos al mundo «full equip» creyendo que no necesitamos prepararnos para ser profesionales,  cuando la realidad es que a las ganas por intentar ser quien quieres ser hay que sumarle muchas horas de esfuerzos y un sinfín de «sin sabores»,  desconociendo si en un futuro «cobrarás» los réditos de tu esfuerzo.


Dedico lo anteriormente escrito a todos y cada uno de los trabajadores que han invertido años de estudios, dedicación y sacrificio para desarrollar con éxito sus competencias profesionales. 

Texto: JLA /Alicante/20 
Ilustración: Valen20