Sobre mendigos, pobres y cínicos

CapturaPantalla001Fuente: diario información

 

A estas alturas, sabemos de sobra que los principales enemigos del tripartito son ellos mismos. Son quienes actúan desde el talibanismo político buscando el ventajismo, quienes sustituyen el interés general de la ciudad por su egocéntrica mirada dogmática, quienes son incapaces de reconocer sus limitaciones e incapacidades sin parar de generar conflictos, quienes viven en una situación de permanente enfrentamiento contra todos aquellos que no aplauden sus disparates o se atreven a manifestar alguna crítica. Esos enemigos están dentro del tripartito aunque a veces en forma de asesores o de palmeros recalcitrantes, pero distribuidos de una forma muy desigual, ya que las tres fuerzas políticas que integran el Gobierno municipal no actúan de la misma forma, ni mucho menos, afortunadamente.

A pesar de que estos días de agosto tratan de ser tranquilos y el alcalde accidental, Natxo Bellido, intenta que su mandato temporal sea calmado, varios temas le han estallado en las manos, demostrando bien a las claras ese funcionamiento tan particular que ha desarrollado el ejecutivo local en Alicante, más parecido al ejército de Pancho Villa, donde cada uno dispara por su cuenta, como le parece y sin una estrategia común. Solo así pueden entenderse algunas decisiones que durante los últimos días han generado una notable polémica y malestar en buena parte de la ciudadanía.

En primer lugar, conocimos a través de un gran despliegue propagandístico de la Concejalía de Protección Animal que su responsable, Marisol Moreno, había impuesto una elevada sanción de 6.611 euros a una persona por maltrato animal y por no tener vacunado a su perro, tras la intervención de la Unidad Canina de la Policía Local a petición de los vecinos. Solo se puede aplaudir que nuestro Ayuntamiento proteja a los animales del maltrato, aunque no deja de ser llamativa la elevada cuantía de la sanción impuesta que, según declara esa Concejalía a través de una nota de prensa, «la medida adoptada supone un hecho ejemplar», buscando así dar una lección pública.

Sin embargo, en el citado comunicado y en la abundante información ofrecida por la concejala Marisol Moreno se ocultaba un hecho absolutamente determinante, y es que la persona a la que se le impuso esta elevada sanción era un mendigo que solía dormir en la calle.

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