Fuente. La Vanguardia 6/4/2018
La arquitectura hostil, o defensiva, es una tendencia de diseño urbano donde los espacios públicos se construyen o alteran para desalentar su utilización indebida. La protagoniza un ‘mobiliario a vocación disciplinaria’, según la definición de algunos sociólogos. Los más afectados por esta estrategia son las personas sin hogar y los que más explotarían los espacios de agregación: los jóvenes.
Un símbolo de la arquitectura defensiva es el Camden Bench, el objeto urbano ‘anti-todo’. Instalado por primera vez en Londres en 2012, en este bloque de hormigón es imposible dormir, no tiene grietas en las que se pueda acumular suciedad, es antirrobo, anti-skaters, porque sus bordes dificultan el deslizamiento, y anti-graffiti, por su recubrimiento que repele la pintura. Se puede usar solo para sentarse, aunque de una forma un tanto incómoda.